martes, 2 de octubre de 2012

La primera del club

Voy a un club que está en un centro comercial en iztapalapa. Las instalaciones son muy cómodas y relativamente nuevas y cuando hay poca gente uno se la pasa muy bien: hoy mientras nadaba me tocó compartir carril con dos muchachos uno que a fuerza quería nadar más rápido que yo y otro que hacía su rutina normal. El muchacho que hacía su rutina como si la vida no le pesara me sonreía mucho, yo no lo tomé mucho en cuenta hasta que vi que tenía una linda sonrisa. Terminamos todos y fuimos a las regaderas, pasé primero al vapor unos diez minutos, donde me lo encontré a él dándole un masaje a sus pies, a lo cual mi mirada no pudo escapar, preguntándome si sería entonces fetichista.. salió, y un momento después salí yo. Sin darme cuenta comenzé a bañarme y estaba en la regadera justo frente a él. (paréntesis) Hay una cosa muy graciosa, desde niño que he ido a diferentes clubes me encuentro siempre con la misma grata sorpresa, los vestidores de damas y sus regaderas particularmente tienen puerta como se ve en la imagen siguiente, y las regaderas de caballeros están hechas para que todos nos veamos los penes, lo cual me encanta.

Las de caballeros son igueles pero sin puertas (yeah!).
Al comenzar a enjabonarme él me sonreía, yo, claro, me hacía bien idiota. Después me puse champú y comenzé a ver que el muchacho se enjabonaba su pene, que no era mucho de mi agrado (tenía una selva por pelos) pero al fin, joto he nacido, así que por su sonrisa coqueta comenzé a tener una erección. Había gente, se escuchaba el ruido de más de tres regaderas y eso me excitaba aún más, saber que no estaba solo y que podía ser sorprendido en cualquier momento me la ponía muy dura. Cabe destacar que cuando te estás bañando en un lugar público esconder una erección no es NADA sencillo así que comencé a ponerme nervioso, él lo notaba y el muy maldito no dejaba de sonreir, siempre igual, si más ni menos alegría, solo sonreía. Vi que él comenzaba a pasar de un estado flácido a uno semierecto y ese estado en el pene me encanta. Me imaginé hincado enfrente de él esperando que se hicera grande y gordo en mi boca. Pero no sucedió. Voltée para quitarme el jabón y cuando miré, ya no estaba. Total no iba a pasar nada.

Cuando llego a mi locker él estaba al lado, me quito la toalla y miro de mi pene un hilo de lubricante que llegaba hasta mis rodillas, no sé si lo vió, pero a mi me dió mucha pena y lo limpié. Él ya estaba listo solo se hacía muy pendejo sacando y metiendo cosas a su maleta. Pensé, me va a hablar, qué le digo, sí, sí voy!.. y luego pensé en mi novio. Me vestí salí de prisa y con mucha hambre. Le sonreí y me fui. Si lo vuelvo a ver no lo dejo ir.

Emiaje

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